martes, 3 de noviembre de 2009

Seré tu motor amor.

Anochecer a las 7 de la tarde. Frío punzador. Que perreria de buscar los abrigos, bufandas sofocantes y guantes incómodos. Nariz enrojecida y pañuelos en el bolsillo. Pijamas y calcetines calentitos. Sábanas de terciopelo..(bienvenidas sean). Y que más..Ah sí, le añado este año tu presencia. Tierna, pura, sencilla, completa y muchos adjetivos más que para qué poner aqui..
Eso lo sabemos tu y yo. Y si tal vez, esto sigue adelante, y se convierte en algo más..lo agarraré con fuerza y no te dejaré ir. Tú estarás porque te gusta unirte a mí. Sin decir palabra un día vas, me agarras de la mano y le confiesas al mundo que me quieres. Que desde que tuvimos el mínimo de confianza supiste hacerme ver cómo se manda el pasado a la mierda. Ahí estabas tú, con esa sonrisa, tu manera de contagiarmela, tus hoyuelos enternecedores. Me quedo también con tus susurros al oído, confesando mi llegada a tu vida...
Y mis días se hacen largos, tú no estás. Apareces y desapareces, maldita facultad. Pero ésto es la causa mayor de esperarte con esas ganas, como si fuera la segunda vez que nos vemos. Ya no recordaba ese cosquilleo al ver a alguien, el saludo más esperado. Ahí llegan tus primeras sonrisas. Y hay días malos, hay contradicciones, hay piques. Pero también están esos días que logras no venir cansado, única y especialmente para mi, y entonces haces lo posible para verme reir contigo, diciendo tus tonterías que agotan mi paciencia y alteran mi autoestima. Siempre te gustó verme "de morros", para venir por detrás, abrazarme cariñosamente, sonrojarme con tus palabras y quitarme ese enfado a besos, de esos que me gustan a mí. Te encanta demostrarme esa facilidad tuya de convencerme. No tengo resistencias para ti. Y yo donde me quedo..Llamémosle especialista en ti. Aprendo rápido y más si me gusta la teoría. Tu mente. Mi manera de controlar la situación a mi antojo. Ese dominio. Te gusta hacerme creer que lo tengo todo en mis manos y en el último momento demostrarme que soy débil. Mierda. ¿Comienzas siendo otra debilidad? Qué pocas armas para enfrentarte.

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