Y enloquezco en la precipitación de tus brazos al abrazarme, sentir tu calor tras de mí no tiene precio alguno. Una vez más mis ojos han vuelto a brillar, no dejo de sentirme afortunada por tenerte, disfrutarte día a día. Y yo creyendo mi posible cansancio por tenerte a diario, por no saber echarte de menos, casi me pierdo la realidad. Esa realidad que se basa en tus ansias de hacerme feliz y ahora sí, ya no hay pensamientos hipotéticos que me alejen de ti. Ya no. Ahora quiero ser solo tuya, quizás como nunca antes.
Te adoro.
Escribes muy bonito.. :)
ResponderEliminarBesoss ;)