Cruda realidad que acentúa al presente.

Quizás estoy inundada de palabras calladas, o solo me dispongo a callar lo que me gustaría decir y todavía nose que es precisamente. Puede que tenga miedo de dar un mal paso, de pronunciar la palabra equivocada y derrumbar lo creado. Hoy si tengo miedo. Creí haberme deshecho de él, pero llega cuando estoy sola y no tengo armas para defenderme. Sí, sola como si me encontrara en una habitación a oscuras, como si hubieran desaparecido las alegrías, los buenos momentos, las risas que supe sacar en el llanto doloroso y asfixiante.
Me tiembla la voz al decir sí, la valentía llega a mis labios para pronunciar no. Intento sacarle el mejor partido a esto, ausentarme mentalmente y pensar..pensar en todo aquello que me sofoca, que me entre dolor de cabeza si aún así consigo dar con lo acertado. Quiero volver a esa felicidad. Esa felicidad que tú me dabas. Y que poco a poco se ha ido marchitando con mi propia ayuda. Qué ironía, yo misma dirigiendome al dolor que me causa esta decisión tomada.
Solo pido ayuda, tu ayuda. No quiero más..no necesito nada más.