sábado, 19 de diciembre de 2009

Todos somos Rudolph en Diciembre..

Frío. La única palabra que originan mis cuerdas vocales. No se puede vivir asi, pienso como vivirán esas personas del norte. Qué valentía. Bueno, además..vacaciones. Deliciosa navidad que nos queda, que podemos disfrutar ya. Sin duda la fiesta más acogedora y bonita de todo el año. No hablo de regalos, si no del ambiente. Juro amar los cotillones que te dan de regalo en el pub, ese viernes que habeis salido tú y tus amigas, un día no planeado pero que ha terminado fantásticamente. Bienvenida seas señorita Navidad.

Vale, mis dedos están congelados, la calefacción no ha llegado todavía a mi casa, a que esperará..Pero tengo mi chimenea en el salón, puede llegar a quedarte en tirantas en pleno invierno. Cómo la necesito, siempre quise esta casa por ella. Defino mi casa como un iglú.

Terminaron los agobios, los nervios y la espera. Nada nos separa, esa maldita facultad de ingienería desaparecerá de mi vista durante unas semanas, ¡qué alivio! Odio los celos, pero acepto que los tengo de ella. Celos..¿de verdad se necesitan? Hay personas que dicen que son necesarios, pues con ellos ves cómo puedes importarle de verdad a una persona. Entonces, como yo no soy celosa, ¿nadie me importa? Otros dicen que los celos surgen por la desconfianza, por el miedo a perder a la otra persona, una manera de protección. Yo opino que son graciosos siempre y cuando no sean fuertes, sino unos celos tontos típicos que se quitan con un par de besos. Creo que pueden llegar a romper relaciones e incluso a destruir a la otra persona. Odio a esas personas que piensan que por tener celos quieren más a su pareja. Yo quiero y soy querida, y los celos no existen en mi relación. Menos mal..

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