
Un día abrumado por el sofocante calor, con ansias de algo inexistente e imposible de hacer. Las causas no van más allá de la desesperación creada por la soledad laboral, por el no pensamiento de un fin. Sí, hay quien me dice loca, se apena de mí y se ríe. Tan raro y exclusivo resulta querer terminar un verano, el cual, ya va desafiando el aburrimiento y lleva las de ganar. Puede que ya no vuelva a pensar así ni un solo verano más, pero este año tocó la rareza en mi persona, qué se le va a hacer..he sido el "bicho raro". Y con ganas y entusiasmo, esta noche a las 00:01 le daré la bienvenida a Septiembre.